martes, 5 de junio de 2012

En la mesa chica de los gobernantes es difícil que haya un intelectual”

Los intelectuales son como la mafia, sólo se matan entre ellos”. La frase pertenece a Woody Allen y es la que eligió el director editorial de Random House Mondadori, Pablo Avelluto, para explicar el valor de las 652 páginas en las que Héctor Pavón retrató la compleja relación entre los intelectuales argentinos y el poder entre 1983 y 2012. Durante tres años, este cronista de Revista Ñ se dedicó a bucear en los anales de la intelectualidad argentina, de los grandes acontecimientos políticos: recurrió a los libros, a los archivos, a tesis académicas, a ponencias, y por supuesto, a la propia escritura. Realizó 33 entrevistas exclusivamente para este libro. Por eso, puede leerse en orden cronológico o, también, cómo una enciclopedia de los grupos intelectuales que surgieron y se estrellaron junto a los proyectos políticos que acompañaron. La relación entre los grupos académicos y el poder no fue siempre la misma. Pavón individualiza tres momentos y grupos como los más “intensos”. Primero, el grupo Esmeralda que convocó Raúl Alfonsín (Juan Carlos Portantiero y Emilio De Ipola). Segundo, los que acompañaron al Frente Grande de Graciela Fernández Meijide y Carlos Chacho Alvarez –una experiencia que según Pavón no volvería a repetirse, la de los políticos que también eran intelectuales– y que empezó a desmembrarse con el fracaso de la Alianza, e incluso antes, con la muerte de Carlos Auyero. Por último, claro, el que coincidió con el kirchnerismo. “Son los momentos más intensos y también los más interesantes, por motivos distintos”, explica el autor. A la hora de encontrar similitudes, Pavón es lapidario. “Si bien nunca hay una confrontación explícita, se llega a un punto en que la decisión final la toma cada político. Cada gobernante conforma una mesa chica en la cual difícilmente haya uno de estos intelectuales. Son casi siempre políticos”, dispara. Luego ejemplifica los motivos que quebraron la relación entre los pensadores y los administradores del Estado : la decisión de Alfonsín de salir a la Plaza e ir a Campo de Mayo o Beatriz Sarlo dejando el bote de la Alianza cuando entendió que su influencia era nula. “Tal vez la gente de Carta Abierta tiene en cuenta este tipo de experiencias y por eso, o no se muestran o no están tan vinculados como se cree . No tienen una influencia tan grande en las decisiones o en las políticas que adopta la presidenta”, explica. Entre las molestias que se plantearon dentro de las asambleas de Carta Abierta –recuerda– figura la incomodidad que sintieron algunos integrantes cuando trascendió que Néstor Kirchner había comprado 2 millones de dólares en junio de 2008 Hoy un periodista, asegura Pavón, tiene más influencia que Horacio González, Ricardo Forster o incluso Ernesto Laclau. Horacio Verbitsky, de él se trata, mantuvo una relación constante con Néstor y Cristina Kirchner. “Hay más posibilidades que haya conversaciones directas entre la presidenta y Verbitsky, que con cualquier otro miembro de Carta Abierta”, diferencia. Al reclamo que surge del progresismo de por qué no existen cuadros intelectuales de derecha, Pavón expone otra herencia del actual gobierno. “El kirchnerismo mueve las ideologías y el mapa de quien está a la derecha, y quien está a la izquierda, y muchos lo terminan comprando. (Elisa) Carrió, que venía en los 90 como centro izquierda, quedó ubicada en la centro-derecha”, ejemplifica. Pero el kirchnerismo, es sólo un capítulo más de un libro que también arroja luz sobre los cambios de camiseta de los intelectuales. “Tenemos a un Juan Carlos Portantiero que venía del marxismo y no le pasó nada por estar con Alfonsín, quedó bastante bien prestigiado. (Beatriz) Sarlo estuvo con la Alianza y eso en un pase de facturas no aparece. Le pueden cuestionar más que haya estado en Vanguardia Comunista en los 70 y que ahora escriba en La Nación, pero forma parte del juego político. Hay gente de Carta Abierta que viene del Frepaso, que viene de esas agrupaciones como el Frente Grande, que terminan todos en la Alianza, muchos de ellos sellaron la alianza con De la Rúa. Se perdona más que en otros ámbitos.” La crisis de 2001 y 2002 no es uno de los tres momentos más intensos que describe el autor, pero sin dudas cobra un sentido diferido. “Es un lugar de donde parten muchas cosas, que haya cinco grupos de intelectuales definidos (Carta Abierta, Plataforma 2012, el Club Político Argentino, la Asamblea de intelectuales, docentes y artistas en apoyo al Frente de Izquierda y Argumentos), tiene que ver con ese momento”. La coexistencia de tantos grupos con ideas diferentes o parecidas puede festejarse o lamentarse, según la perspectiva. “Tienen mucho que ver con lo que fue el Club de Cultura Socialista en los años 80, era un lugar de convivencia inimaginable hoy. Es como si tomaras gente de Carta, sabatellistas, gente de Plataforma y los quisieras juntar ahí, es imposible, en los 80 era más fácil”.

viernes, 1 de junio de 2012

VIOLENCIA DOMESTICA - INCREMENTO

Las denuncias de violencia doméstica crecieron un 53% en los últimos dos años, según un informe estadístico de la Oficina que investiga esos casos y que depende de la Corte Suprema de Justicia de la Nació., El estudio reveló que en abril de 2012 se registraron 773 casos, mientras que durante el mismo mes de 2010 la cifra fue de 506. Entre otras cosas, de acuerdo a la información del organismo, el 77% de las personas afectadas son mujeres. De este porcentaje, el 15% son niñas. De igual forma se estableció que el 80 por ciento de los denunciados son hombres. La estadística revelada mostró que en abril de 2011, las denuncias por caso de violencia en el hogar se ubicaron en 695. En cuanto a la relación, se pudo saber que el 36 por ciento de los denunciados son las ex parejas y el 22 por ciento los concubinos. Sobre el tipo de violencia, el informe detalla que el maltrato psicológico está presente en el 96 por ciento de los caso, mientras que la física lo está en el 70. En cuanto a la violencia sexual, esta se manifiesta en un 16%.