lunes, 28 de marzo de 2011

LA EDUCACION EL CAMINO A LA EQUIDAD REAL


La Argentina instruida, con un alto nivel de educación y de ciudadanos con educación universitaria parece haber quedado de lado, dando paso a la Argentina de la inequidad educativa.
La realidad muestra que alrededor de 750.000 chicos de entre 6 y 17 años están fuera del sistema escolar y hay casi 4.000.000 de adultos que no terminaron la escuela primaria y su nivel educativo es deficiente.
El 71% de los jóvenes que cuentan entre 15 y 21 años, se encuentra en situación de riesgo educativo, lo que significa no haber adquirido la cantidad suficiente de conocimientos, actitudes, habilidades y destrezas necesarias para participar en una forma plena, crítica, creativa y autónoma de la vida social, política y económica.
Las causas del abandono prematuro de la escuela han sido exhaustivamente estudiadas desde hace mucho tiempo y los resultados son claros: el mapa de la deserción escolar y del fracaso escolar coincide con el mapa de la pobreza
Manuel Belgrano dijo una vez “Sin educación, en balde es cansarse, nunca seremos más que lo que desgraciadamente somos”
En lo institucional, lamentablemente, los argentinos estamos padeciendo de una progresiva intolerancia y desprecio por la ley.
Nuestros gobernantes parecen creer que el ejercicio del poder los habilita para violar las normas, enriquecerse vilmente y embestir contra el adversario político como si fuera un enemigo al que hay que desarticular o eliminar de cualquier manera.
Castelli, el orador de la revolución dijo en sus últimas palabras "si ves al futuro dile que no venga", seria bueno pensar que se equivocaba, aunque las actualidades parecieran darle la diestra a esa frase.
Este país alguna vez, fueron abuelos inmigrantes llenos de sueños, cuyos hijos fueron doctores y hasta Presidentes, este país fue guardapolvo blanco, YPF e interior pujante.

Los reales desafíos del bicentenario, es cumplir con los sueños de aquellos hombres que gestaron la revolución, teniendo claramente presente lo que uno de sus hijos mas claros escribió una vez: «Si los pueblos no se ilustran, si no se vulgarizan sus derechos, si cada hombre no conoce lo que vale lo que puede y lo que se le debe, nuevas ilusiones sucederán a las antiguas, y después de vacilar algún tiempo entre mil incertidumbres, será tal vez nuestra suerte mudar de tiranos sin destruir la tiranía».

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