lunes, 28 de marzo de 2011

LA POBREZA - LA DEUDA PENDIENTE DE LA DEMOCRACIA


Según estudios sociales de la Universidad Católica Argentina apenas 6 millones de los 16 millones de trabajadores que componen la población activa del país cuentan con un trabajo con plenos derechos laborales y previsionales. Es decir, un 36,9% tiene un empleo “decente”; un 41% trabaja en negro; un 11% cuenta con un subempleo y un 11% está desocupado. En suma: diez millones de personas y sus familias se debaten entre el empleo precario, la explotación lisa y llana y la nada.
Sobre un total de 5,5 millones de jubilados y pensionados, casi 4,9 millones cobran el haber mínimo de 895 pesos o menos aún, según informó hace unos días la Defensoría de la Tercera Edad de la Ciudad de Buenos Aires.
Hoy habría según el Oficialismo sólo 2 millones de niños pobres. De ellos, 650 mil serían indigentes. Las mediciones privadas dicen otra cosa: que casi la mitad de los chicos de menos de 14 años serían pobres -unos 5.000.000-, de los cuales más de 1,5 millón vivirían en la indigencia,
La pobreza no tiene sueños sino urgencias, peregrina entre carencias de asfalto de cloacas, en las márgenes de ríos contaminados y basurales, se ve sometido a los flagelos del paco, la prostitucion infantil, la mortalidad infantil, del embarazo adolescente y la deserción escolar.
Solo hay un Tevez de vez en cuando. Al resto de los chicos de Fuerte Apache le espera una vida muy disímil a la del ídolo, lindante con la deserción escolar, el paco, la violencia y la marginalidad.

Debemos reivindicar a la educación, porque es la herramienta fundamental para evitar la reproducción intergeneracional de la pobreza y la desigualdad.

Que asi sea.

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